FALTA DE INTERÉS O DE DINERO (O AMBOS)
En enero de 2018 me contrataron para dirigir la ejecución de las instalaciones eléctricas y de teleco para acabar y poner en marcha un gran hotel en la costa que llevaba años parado.
Tengo que admitir que inicialmente la propuesta no me seducía: Convertirme en el guardián del trabajo de otros me resultaba extraño. No tanto por los conocimientos (modestamente te diré que sin problema, ahí están los resultados) sino por eso de “pasarme al otro lado” y controlar la instalación y la facturación de una empresa que no era la mía.
Pero finalmente acepté.
Esta nueva aventura, que ha durado un año y medio, me ha valido para constatar desde ambos puntos de vista (el que ejecuta y el que paga) que los trabajos mal hechos siempre son fruto de, única y exclusivamente, dos factores:
Falta de interés: quien lo hace (empresa o trabajador) está más motivado por acabar pronto que por hacerlo bien.
Falta de dinero: quien lo hace (empresa o trabajador) cree que no le pagan lo suficiente por el tiempo que invierte.
Y la solución, para quien la quiera aplicar (empresa o trabajador), sólo pasa por saber invertir mejor el tiempo o, inevitablemente si no se sabe hacer lo primero, poner más dinero.