DISTRIBUYENDO LA GENERACIÓN
La electricidad viaja a la velocidad de la luz (por si no habías caído), por lo que la bombilla que acabas de encender recibe su dosis casi instantánea gracias al esfuerzo que acaba de realizar uno de esos sistemas de generación (nucleares, térmicas, eólicas…) hace milésimas de segundo probablemente a cientos de kilómetros.
Pero en ese breve lapso, para que nuestras bombillas funcionen se ha perdido mucha energía por el camino en los cables que nos la traen, por el tema del Efecto Joule. Y además, probablemente, nos llegará con armónicos (imperfecciones en la onda) que se habrán subido al carro durante ese infinitesimal espacio de tiempo y que afectarán a los cada vez más componentes electrónicos de nuestros aparatos.
La solución se ha dado en llamar Generación Distribuida. Esto es, que en vez de depender de grandes centrales generadoras a mucha distancia, trabajemos con pequeños sistemas localizados donde se precisa la energía.
Esa es la teoría….
La realidad es que ahora nos faltan los emprendedores con coraje que sepan cómo salvar trabas técnicas y burocráticas para llenar las azoteas de placas o de molinos, aunque presiento que serán las comercializadoras quienes antes «compren» la venia de los políticos.